Sanar no es un curso más. Es un camino de encarnación.
Si tu alma siente que “falta algo”, no es un error. Es tu útero llamándote a volver.
Hoy quiero hablarte desde un lugar de verdad cruda, de experiencia viva. Te hablo desde un lugar de prueba y error, de sangre y sudor, desde ese camino que no siempre es bonito, pero que es real.
Porque veo un patrón que se repite una y otra vez:
Mujeres que llevan años en su camino espiritual… que han tomado decenas de talleres, que han leído todos los libros, que han aprendido miles de técnicas, y sin embargo, siguen sintiendo que falta algo.
Y quiero decirte algo: Esa sensación es real.
Porque muchas veces lo que estamos haciendo es vivir la espiritualidad como comida rápida.
Vamos de un curso a otro, de una herramienta a otra, buscando sentir algo, buscando experimentar algo nuevo.
Pero en realidad, estamos acumulando información sin integrarla. Estamos buscando afuera lo que ya vive dentro de nosotras.
Te lo digo porque yo también pasé por ahí (y a veces repito la dosis). Yo también creía que el próximo curso, la próxima maestría, la próxima herramienta, me daría la pieza que me faltaba.
Hasta que entendí que nada de eso me daría lo que ya estaba en mí.
Que el verdadero camino no es acumular.
Es encarnar.
En mi caso, el camino fue el femenino.
Cuando encontré esta verdad, comprendí que no se trata de aprenderla como concepto. Se trata de vivirla, respirarla, dejar que te atraviese, rendirte a ella, convertirte en un oráculo viviente de esa sabiduría.
Pero nos cuesta, porque queremos hacerlo todo al estilo masculino:
Aprender rápido, enseñar rápido, compartir rápido.
Sin alma. Sin magia. Sin cuerpo.
Y la verdad es esta: Queremos sanar sin incluir al cuerpo.
Y así, querida, es muy difícil.
Porque la verdadera sanación, la verdadera alquimia, sucede en el cuerpo.
En la sangre.
En el útero.
En la tierra interna que somos.
Por eso, hoy quiero invitarte a algo diferente.
No es un curso más para tu lista. Es un camino para que empieces a encarnar tu femenino real, profundo y sostenido.
Para que dejes de vivir en la mente y empieces a vivir en el cuerpo, en el útero, en tu oráculo interno.
Empieza con este primer paso:
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Este reto no es un taller más.
Es un viaje de regreso a ti.
A tu cuerpo.
A la mujer oráculo que ya eres.
Porque no necesitas otra técnica.
Necesitas recordar quién eres.
Con amor,
Camila
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Presencia Pélvica es un recorrido de prácticas somáticas, vaporización vaginal y un viaje chamánico al útero para liberar tensiones físicas, memorias gestacionales y bloqueos energéticos que habitan en tu cuerpo.
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